14 diciembre 2022

Cuento: El niño y la sierpes


Mi participación en la iniciativa VadeReto (Diciembre 2022), propuesta en el blog de JASCNET.


Este mágico mes de diciembre, nos reta a escribir UN CUENTO INFANTIL con las siguientes condiciones:
  • Contextualizado en un mundo fantástico, alegre y divertido.
  • Protagonistas: Niño/a y una criatura fantástica o mitológica (esta última que se salga del tópico de los cuentos y esté basada en nuestras leyendas locales).
  • Que tenga un Final Feliz.
Tengo que reconocer que escribir una historia tan alegre y feliz me saca un poco de mi zona de confort je, je, je. Pero JascNet nos anima a sacar nuestros trajes de juglares, así que no me he podido resistir...

Y aquí va la historia que se me ha ocurrido:


EL NIÑO Y LA SIERPES


Érase una vez, hace mucho tiempo, muy al sur, en una región donde la agradable y grata primavera gobernaba todo el año, había una hermosa aldea rodeada por un precioso bosque, cuyas verdes y espléndidas hojas parecían del color de las mismísimas esmeraldas de antaño. Dicho bosque estaba repleto de seres fantásticos que convivían en armonía con los alegres habitantes del poblado, bajo el mismo sol radiante que iluminaba cada uno de sus hogares amados.

Pareciera que aquel inquebrantable equilibrio nunca se rompería. No obstante, un gris y lluvioso día, como poco los había, los aldeanos comenzaron a levantar gruesas murallas para alejarse de toda aquella vegetación, pues habían escuchado un terrorífico rumor: en el subsuelo de una calle de la villa, se había instalado una sierpes gigantesca, la cual se alimentaba de niños, con sus fauces grotescas.

Fueron varios los críos desaparecidos y el desconcierto creció más y más en el poblado. La vía no tardó en quedar deshabitada y La calle de la serpiente la llamaron. También prohibieron a todos los infantes cruzar por ella, por temor a que la malvada sierpes se los comiera.  

Sin embargo, una tarde, quizás fuera un martes… A un niño travieso y juguetón se le escapó la pelota con la que jugaba al interior del peligroso callejón.

Al principio no se atrevía a ir a por ella, pero después pensó que podría recuperarla sin que la sierpes le sorprendiera. Así que, armándose de valor, entró en la vía, corriendo en dirección hacia donde la pelota permanecía.

Una vez dentro de la calle abandonada, a punto estuvo de recuperar su pelota plateada, pero justo antes de cogerla, emergió del suelo la serpiente gigantesca y fue ella quien tomó la esfera, con sus afilados colmillos como estacas de madera.

Por el susto, el niño quedó petrificado. Era como si una bruja un encantamiento para convertirlo en roca le hubiera lanzado. Aunque la serpiente su pelota le devolvió, para su sorpresa… ¡no se lo comió!

—¿No vas a comerme? —le preguntó el niño mientras tomaba la pelota entre sus manos.

—¿Comerte? ¿Yo? Pero si yo no como humanos.

—Pero todos dicen que comes infantes.

—¡Ja! No, no, no, no… quien crea tal cosa no es más que un ignorante. Si hubiera querido, ya te habría comido.

—Entonces hay que contarles a todos la verdad. Tienen que saber que a nadie te vas a zampar.

El niño convenció a la serpiente para que acudiera con él a la plaza. Allí, reunió a los vecinos y les relató que el rumor carecía de sentido, pues la serpiente nunca se comió a ningún pequeño aldeano y, todo este tiempo, la habían estado temiendo en vano.

Algunos habitantes respiraron tranquilos, ya no tendrían que estar constantemente en vilo. Por el contrario, otras personas no terminaban de confiar en las palabras del pillo ni de la serpiente. Todavía recordaban la misteriosa desaparición de sus pequeños parientes.

Tras una acalorada discusión, tuvo que intervenir el alcalde de la aldea:

—Si es cierto que la serpiente es inofensiva, tendréis que demostrarlo para que toda la villa pueda dormir tranquila.

—A mí no me ha engullido —respondió el niño—. ¿No veis que todo ha sido un malentendido?

—Entonces, si la serpiente no es peligrosa, por nosotros tendréis que hacer una cosa: descubrid al verdadero responsable de los niños desaparecidos y nuestro miedo hacia ella quedará desvanecido.

El niño y la sierpes aceptaron la misión y, juntos, volvieron al solitario callejón. Allí debería haber alguna pista sobre las desapariciones. Buscaron y buscaron por todos los rincones.

Después recorrieron el subsuelo, donde habitaba la serpiente…

—¡Un momento! Aquello es diferente —exclamó el enorme reptil, al observar en una de las paredes un ligero cambio muy sutil. 

Ambos investigaron el muro: un diminuto hueco conducía hasta un pasadizo oscuro. Como pudieron, se adentraron en él, y allí encontraron a un grupo de infantes, perdidos, extraviados y errantes.

—Pero ¿qué hacéis aquí? —preguntó el niño y, al verle, una cría se mostró feliz.

—Nos habíamos perdido al caer por un agujero. No encontramos la salida y quedamos aquí prisioneros. 

El niño y la sierpes los condujeron al exterior. Volvieron a la plaza, donde se creó un gran estupor. Los infantes perdidos volvieron con sus familias y la inocencia de la serpiente no pudo ser rebatida.

Desde ese momento, el prejuicio y la muralla fueron destruidos. Volvía a lucir el radiante sol en el cielo y la serpiente regresó a su hogar, en el subsuelo. La calle también volvió a cobrar vida: los aldeanos que marcharon regresaron a sus casas y consideraron a la sierpes como una vecina.

Nadie temió nunca más a la serpiente y, tanto ella como el niño, conservaron su amistad por siempre. 


FIN



Sobre la criatura fantástica del cuento

LA SIERPES


Para la criatura mitológica del cuento, me he inspirado en la SIERPES, perteneciente al bestiario sevillano. En pleno centro de la ciudad de Sevilla, está la que hoy conocemos como la calle Sierpes y su nombre viene dado por una criatura que apareció en la ciudad hace siglos. Esta es la leyenda:

Al principio, la calle Sierpes tuvo por nombre Espaderos, por sus numerosos locales dedicados a la venta de espadas. Sin embargo, a finales del siglo XV, comenzaron a desaparecer los niños que paseaban por la vía y la situación preocupó mucho a los habitantes, produciéndose todo tipo de especulaciones. Entonces, Don Alfonso Cárdenas, regente de la ciudad, recibió un aviso anónimo de alguien que conocía la identidad del culpable de las desapariciones, prometiendo revelarla a cambio de su libertad. Cuando Don Alfonso prometió públicamente la libertad de este misterioso individuo, su nombre se hizo público: se trataba del fugitivo Melchor de Quintana y Argüeso, reo que vivía en las galerías subterráneas del suelo de la ciudad.

Cumpliendo su promesa, Melchor llevó a Don Alfonso hasta el culpable de las desapariciones de los infantes y descubrieron que se trataba de una serpiente del tamaño de un basilisco que habitaba en el subsuelo de la calle y que se alimentaba de los niños que pasaban por allí.

Una vez que dieron caza a la criatura, su cuerpo fue expuesto en la calle de Espaderos, para que los ciudadanos pudieran contemplar la “Sierpes”. Al no poder olvidarse este suceso, comenzaron a llamar a esta vía “la calle de la sierpes” y, actualmente, la conocemos como la calle Sierpes.


La calle Sierpes es una vía comercial con numerosos locales antiguos y una de las más significativas y emblemáticas de la ciudad. 

Calle Sierpes de Sevilla. El origen de la Calle Sierpes.

* * *

Por otra parte, si queréis leer más curiosidades sobre Sevilla aquí en mi blog, os invito a visitar las entradas:

Y esto es todo...

¡Espero que os haya gustado!


Fuentes de las imágenes:
Dibujo serpiente: Gordon Johnson en Pixabay 
Fotos Collage calle Sierpes: Anual, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons.


- Actualización 3/7/2023 -

Cuento Finalista en los Premios Ignotus 2023



16 comentarios:

  1. ¡¡¡Bravo!!! ¡¡¡Viva!!! ¡¡¡Fabuloso!!!
    Así debían de gritar los niños del cuento y así lo gritarán los que lo lean, tengan la edad que tengan. 👏🏼👏🏼👏🏼
    La verdad es que he paseado muchas veces por esa calle y nunca me paré a pensar en la procedencia del nombre. Aunque de Sierpes a Serpientes algo intuía. Muy curiosa e interesante la leyenda. 😊👍🏼
    Por supuesto, ¡Me encantó! 😍❤️
    Muchas gracias, Auxi, por salir de tu "zona de conford" y regalarnos este cuento "blanco".
    En realidad eres una maravillosa CuentaCuentos y da igual el tema que te propongas, siempre lo bordas. 🤗👍🏼
    Felicidades.
    Un Abrazo.

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    1. ¡Muchas gracias por tus palabras! Me alegra mucho que te haya gustado el cuento. 😊
      Que me llames CuentaCuentos es todo un honor, y más viniendo de ti, que eres uno muy muy bueno.
      ¡Un abrazo!

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  2. A raíz de esta leyenda has hecho un cuento estupendo. Si fuera niña te habría aplaudido super contenta de que todo el terror que origina la historia desde el principio se disuelva tan rápidamente y tan bien. Es como cuando se sale de una pesadilla y se comprende que todo era mentira... Es un gran alivio... (imagina para un niño...). Muy bueno, dulce, con misterio y final feliz. Me encanta que además le añadas rima, todo un mérito.
    Un abrazo!

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    1. Muchas gracias. ¡Me alegra mucho que te guste el cuento! No suelo escribir con rima, pero me lancé en este reto ya que los desafíos de escritura son un gran aliciente para atreverse a probar nuevos recursos 😃.
      ¡Un abrazo!

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  3. No conocía la historia, pero es muy interesante y es una bella calle. Te mando un beso.

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    1. ¡Hola, J.P.! Me alegra que te haya parecido interesante la leyenda. La de historias que podemos encontrar por las calles de las ciudades... Es asombroso.
      ¡Un abrazo!

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  4. Hola M.A. La muralla, como símbolo de los prejuicios que habían invadido la ciudad, fue destruída, los aldeanos volvieron a vivir en el pueblo y la serpiente se convirtió en un vecino mas. Y todo por un niño inquieto y travieso que jugaba con una pelota. ¡Bonita moraleja! Felicidades y un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Trujamán. A veces es necesario dar un paso más para ver la realidad de las cosas. En este caso, el niño que se atreve a romper la regla de no pasar por la calle y entrar a por su pelota.
      ¡Un abrazo!

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  5. ¡Qué agradable leer tu relato! Me parece que está lleno de enseñanzas y mensajes que enseñan sobre cuidarnos de los chismes, las ideas preconcebidas, los prejuicios etc. Muy agradable de leer. Gracias por compartirlo.

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    1. Gracias, Ana. Me alegra que te haya gustado el relato. Los chismes, rumores y bulos nunca traen nada bueno. En la actualidad, es otro de los temas que siguen ahí latentes que nunca se terminan de resolver... Al igual que los peligrosos prejuicios.
      ¡Un abrazo!

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  6. ¡Hola, M.A.! Jo, si hubieras ambientado la historia en una época navideña tendríamos un cuento de Navidad en toda regla. Lo tiene todo. Primero esa narración tan clásica, salteada de rimas, que le dan ese toque musical. Eso en la forma, en el fondo una historia sobre los prejuicios a los que somos tan dados en cualquier época, y es que ante una adversidad lo primero que buscamos es un culpable, y los primeros sospechosos son aquellos frente a los que tenemos prejuicios o animadversiones.
    Los muros nunca son la solución, sin duda. Un fuerte abrazo y ¡Feliz Navidad!

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    1. ¡Hola, David! Pues pensé en enfocarlo como cuento navideño en un principio, pero al final no supe encajar el tema del todo con la historia. Se me ocurre ahora que quizás el día que se prueba la inocencia de la serpiente, podría haber sido en Navidad. Por otra parte, me atreví con las rimas porque los retos de escritura siempre son un gran aliciente para probar nuevos recursos (no suelo escribir con rima, pero me apetecía probar alguna vez!). El tema de los prejuicios, por desgracia, lo seguimos sufriendo en la actualidad y corre como la pólvora en redes sociales.
      Un fuerte abrazo para ti también y ¡Feliz Navidad!

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  7. ¡¡Hola M.A!! Conociéndote un poco como te conozco, sé que te ha tenido que costar ese desenlace tan feliz de tu cuento, ja, ja, si es por ti, la sierpes, se come a los niños a los aldeanos y a quién haga falta una vez encontrado los niños, así, al encontrarlos, tenía más habitantes para comer, ja, ja.
    Pero no, esta vez has sido buena y hasta una amistad para siempre ha surgido.
    Muy interesante también lo de la famosa calle de Sevilla, no conocía su historia. Besitos.

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    1. ¡Hola, Isabel! Me conoces bien je, je, je. Ha sido todo un reto para mí escribir una historia con estas características, pero bueno, como siempre hay que seguir aprendiendo me lancé con el reto (en una versión terrorífica de la historia, la serpiente se come a quien se ponga por delante ja, ja, ja).
      A mi me pareció muy interesante también la leyenda de la calle de Sevilla, que la descubrí precisamente buscando al ser mitológico para este cuento. Es muy curiosa.
      Un abrazo :)

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  8. ¡Enhorabuena! El cuento lo merece; lo leí entonces y lo vuelvo a aplaudir...
    Igualmente para el otro premio con el que participaste también en el Tintero.
    Estos premios alentan mucho; son un estímulo formidoble. Además, como demuestras, tenemos que echar mano de las buenas cosas que ya hemos escrito y que muchas veces hasta olvidamos que las tenemos. Tomo nota yo también :)
    Besotes y feliz verano!

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    1. ¡Muchas gracias por tus palabras, Maite! Escribir este cuento fue todo un desafío para mí. 😊
      ¡Feliz verano!

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Novelas M.A. Álvarez

Libros y Novelas M.A. Álvarez escritora

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