Relato: El regalo rojo / Especial Navidad 2016
Este es un reto planteado por el blog Soñé que volaba que consiste en realizar los seis ejercicios de escritura propuestos.
Desafío #6: Narración en color: Escribir un relato donde predomine un determinado color sin repetir la misma palabra en el mismo párrafo.
¡Además, este es ya el último desafío para completar el reto! Y para esta ocasión, dadas las fechas, será un relato Especial Navidad. Así que he elegido el color rojo, ya que es uno de los colores más característicos de estas fiestas.
Volviendo al género de terror/suspense, a ver qué os parece el relato que se me ha ocurrido:
EL REGALO ROJO
—Veamos, hábleme de ese regalo.
—Pues… lo encontré en la puerta de mi casa, al llegar del trabajo. Como quedaban unos días para Navidad, supuse que alguien me lo envió. Se trataba de un hermoso paquete de regalo rojo sin tarjeta ni remitente. Me atrajo irremediablemente el papel brillante que lo envolvía y su hermoso lazo escarlata. Era como si alguien lo hubiese preparado con mucha dedicación.
—Ahá.
—Lo cogí y entré en casa. Lo dejé sobre la mesa del salón y enseguida sentí cómo crecía en mi interior un incontrolable afán, casi hipnótico, por abrir esa condenada caja. No obstante, pensé que ya quedaba poco para Navidad y se suponía que no debía ser abierto hasta ese día. Me dirigí hacia la cocina. Tenía hambre. Me hice con una manzana y volví al salón. Pero mi mano se abrió por sí sola para dejarla caer, pues en cuanto entré en la estancia vi que el paquete bermellón se encontraba en otro sitio. Sobre el sofá.
—¿Y puede decirme con seguridad que no lo dejó ahí en lugar de en la mesa?
—Eso mismo pensé yo al principio. Dudé… cogí el paquete y volví a colocarlo en la mesa. Después me agaché para recoger la fruta, apartando la vista del paquete y cuando me incorporé, enorme fue mi sorpresa al encontrar el regalo granate de nuevo en otro lugar. Estaba sobre uno de los muebles. Aquello me inquietó. Así que tomé el paquete, lo dejé fuera, donde lo había encontrado, y cerré la puerta con llave.
—¿Entonces no era para usted?
—No lo sé, ya le he dicho que no llevaba ninguna tarjeta.
—Está bien. Continúe.
—Durante el resto de la tarde me olvidé y me fui a la cama temprano. Vi la tele durante un rato, cambié de canal. Todos estaban repletos de anuncios en los que Papá Noel se surtía de regalos en los grandes almacenes. Finalmente, me dormí. Aunque fuera una hora temprana de un viernes por la noche. Durante la madrugada, desperté, encendí la luz de la mesilla y me dirigí hacia el baño. Después regresé a la cama, ¡pero todo el sueño que tenía se desvaneció súbitamente cuando encontré el maldito paquete de regalo carmesí sobre las sábanas! Enseguida fui hacia la puerta de mi casa y comprobé si estaba cerrada. Lo estaba. Emprendí la marcha entonces hasta el dormitorio y, al llegar al salón, encontré el paquete sobre la mesa. Sentí una mezcla de furia y temor. Arrojé el condenado regalo por la ventana, pero no sirvió de nada, tras dormir un par de horas, volví a encontrarlo en el salón, esta vez bajo la mesa. Sé que parece una locura, pero le aseguro que todo lo que digo es cierto.
—¿Ha sufrido más estrés de lo habitual últimamente?
—No. No se trata de eso.
—¿Ha ingerido algún tipo de sustancia?
—¡¿Qué?! ¿De verdad me está haciendo esa pregunta?
—Conteste, por favor.
—No, no lo he hecho.
—Entonces, ¿cómo explica todo esto que me está contando?
—No lo sé. No tengo ni la menor idea.
—Está bien, esto es lo que haremos…
—Espere, aún no he terminado. Hay más.
—Pues cuénteme.
—Traté de deshacerme varias veces del regalo rojo, pero vuelve a mí. No importa lo que haga. Me desesperé y lo abrí. ¡Porque estaba perdiendo el control! Pensé que eso era lo que quería: que lo abriera. ¡Es un regalo! ¿No es eso lo que se supone que hay que hacer con ellos?
—Sí.
—Pues lo abrí, eso hice.
—¿Y qué ocurrió?
—Vi su interior. Había un enorme vacío. Una oscuridad aterradora. Era como si la caja no tuviese fondo, como si me asomara a un mundo de tinieblas. Y desde entonces… desde que lo abrí… cada noche tengo la misma pesadilla…
—¿Qué pesadilla?
—Me rodean cuatro paredes rojas… No hay puertas ni ventanas. Miro hacia arriba y veo que donde debería haber un techo no hay nada, sino una tapa enorme, medio abierta. Para mi temor deduzco que estoy dentro del regalo…
—¿Dentro del regalo?
—Y cada noche, esa tapa está más cerrada y el interior más oscuro. Tengo miedo de que termine cerrándose conmigo dentro.
—¿Cree que es eso lo que ocurrirá?
—¡Sí! Creo que una noche terminará por cerrarse… Lo creo…
—No, no lo crea.
—Claro que lo creo. ¡Eso es lo que terminará pasando!
—Por supuesto, por eso digo que no lo crea. No debe creerlo, puede estar seguro de ello.
—¿Cómo dice?
—Pues que eso es lo que ocurrirá. Que el regalo se cerrará. Tiene usted toda la razón.
—¿Qué?
—Y esa es mi parte favorita —sonrió y señaló hacia el techo.
—Pero… ¿qué…? —Mientras la inquietud le oprimía el pecho miró hacia arriba. De repente, el techo era la tapadera del regalo. Las paredes se volvieron del color de la sangre.
—Ya se cierra —reía.
—¡No! ¡No! Un momento… ¡Espere! ¡No! —gritaba mientras se sellaba el techo y todo se sumía en la más absoluta oscuridad.
—Le doy la bienvenida a su nuevo hogar.
—¡¿Qué?! ¿Pero qué está diciendo? ¿Dónde estoy? ¿Estamos dentro del regalo? ¿Qué está pasando?
—No se preocupe, tendrá mucho tiempo para comprenderlo… Ah, por cierto. ¡Ya es el día! ¡Feliz Navidad!
FIN
Espero que os haya gustado el relato y aprovecho para desearos:
Felices Fiestas
Que tengáis una buena entrada de año y un bonito día de Reyes.
Actualización 13/12/2021
Incluyo El Regalo Rojo en el Especial Navidad 2021.
Hermosos relato, y una feliz navidad
ResponderEliminarhttps://3.bp.blogspot.com/-3RXgnm4iNZA/WFb-z7pTfwI/AAAAAAAALWk/2nwtElRFduwiHnS9xUXUiCQ7IHHlZW5TACLcB/s1600/tarjeta%2Bnavide%25C3%25B1a%2B2016.jpg
¡Muchas gracias! Espero que hayas tenido unas felices fiestas y una buena entrada de año :)
Eliminar¡Hola! Me da qué pensar este tu relato.
ResponderEliminarLe has imprimido un carácter intrigante nada fácil de alcanzar. Mantiene, sin decaer, el suspense de principio a fin. El muy estudiado misterio, en sus justas dosis, es la envoltura de este regalo. No hablaremos de terror, aunque es posible que haya corrido la sangre.
Bien dotado, abundante riqueza de vocabulario. Y esos matices al rojo vivo, precisos y ricos. Luego está ese final —¡ay, tus finales!—, que tantos caminos abre a la imaginación. Me cuesta dilucidar si la protagonista está en la comisaría, en el psiquiátrico o en las nubes.
Completaste el Reto nº 6 con excelente nota, te lo aseguro no sin olvidar darte la enhorabuena. Un abrazo, M.A.
Mari Carmen C.
¡Gracias! Me alegra que te haya gustado el relato. El contexto queda un poco a imaginación del lector, abstracto para que conecte con un final de ese tipo. Gracias por tu opinión, siempre me ayuda :)
Eliminar¡Hola! Como siempre, yo acabo enamorada de tus relatos navideños. La verdad ¡terminar dentro de un regalo! Eso sí que da miedo DDD:
ResponderEliminarPrecioso relato, y muy bien cumplido el reto.
¡Un abrazo! ¡Y feliz navidad!
¡Hola! Espero que hayas pasado unas felices fiestas y me alegra conocer tu opinión sobre el relato. Qué bien que te haya gustado :)
Eliminar¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarEspera, espera... ¿qué ha ocurrido? ¡Que cosa más rara! Me he sentido como si estuviera en el psiquiatra xD. Ha sido bastante rarillo y algo macabro, pero me ha gustado mucho.
¡Un besote!
¡Hola! Espero que hayas pasado unas felices fiestas. Buscaba hacer el relato algo inquietante para acercarme al "terror navideño". Me alegra que te haya gustado :)
EliminarUn cuento siniestro de Navidad. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, así salimos un poco de las historias navideñas más típicas :)
EliminarUn abrazo.
¡¡Vaya con el dichoso regalito!! Más vale que no me regalen una cajita así, por muy bonita que esté adornada. No sé como lo haces, pero siempre acabo mirando a los lados después de leer tus relatos por si acaso, ja, ja.
ResponderEliminarEspero que tengas un feliz 2017 (por cierto, me has quitado la idea de ponerme la ropa interior roja para esa noche, je, je). Besitos.
¡Verdad! Lo de la ropa interior roja, ¡no había caído! Se me acaba de ocurrir otro relato con el color rojo y la Navidad muy diferente jajaja.
EliminarFeliz Año :)
Wow, como siempre me maravilla tu forma de escribir.
ResponderEliminarEstoy enamorada de todos tus microrrelatos.
Me ha gustado como lo has llevado y ese final, ha sido muy muy bueno. Me ha gustado especialmente la forma en la que has integrado las tonalidades de rojo dándole así un ambiente especial.
Besos
Muchas gracias por tu opinión. Me alegra que le haya gustado este relato a una lectora veterana como tú.
EliminarUn abrazo :)
Gracias por tu invitación. Me pasaré.
ResponderEliminarUn abrazo :)