Mis curiosidades: Visita al Castillo de Niebla
Por mi gusto por la historia, el arte y la cultura en general, nace en mi blog la sección Mis curiosidades en la que iré recogiendo entradas con temáticas relacionadas.
Además, todo esto supone una gran fuente de inspiración y documentación para mi escritura.
Además, todo esto supone una gran fuente de inspiración y documentación para mi escritura.
Especial Halloween 2018. Parte I.
A pocos días de Halloween, he pensado en dedicar esta tercera entrada de la nueva sección en mi blog “Mis curiosidades” a mi visita al Castillo de Niebla o Castillo de los Guzmanes, en Huelva. ¿Por qué? Porque uno de los espacios que destaca en esta edificación son las antiguas mazmorras medievales, que cuenta con dos niveles subterráneos donde se exponen más de treinta instrumentos de tortura. Sin duda, un lugar escalofriante…
Pero antes de adentrarnos en ellas, veamos un poco sobre Niebla y el Castillo para ponernos en contexto.
Niebla, Ciudad Turística
Niebla fue un destacado enclave en los albores de la historia, asentamiento de diferentes pueblos como fenicios, romanos, visigodos y musulmanes. La ciudad de Niebla fue la capital de su antiguo Condado y está enclavada en la comarca del Condado. Se encuentra a 25 kilómetros de Huelva y a 55 de Sevilla.
Niebla es heredera de un importante legado histórico-monumental. Con su centro histórico y sus murallas fue declarada conjunto monumental histórico artístico en 1982.
El Castillo de Niebla
El Castillo de Niebla es también conocido como castillo de los Guzmanes. Es probable que, aunque levantado en el Siglo XV, como consta en diversos documentos, en su solar hubiera existido con anterioridad una ciudadela romana, una fortaleza visigoda y un Alcázar árabe.
Actualmente, el Castillo dispone de más de diez salas
tematizadas con rigor histórico, los torreones con vistas al puente romano, al
río Tinto y a la propia ciudad y dos niveles de mazmorras. El visitante puede
sumergirse en la vida, costumbre y sociedad de la Niebla Bajo Medieval.
Este es un plano de la planta del castillo que me entregaron
el día que fui a la visita:
En él se recogen las partes el castillo y las diferentes salas que se pueden visitar.
A continuación, os muestro algunas imágenes que tomé durante la visita (que fue en el año 2014). En esta ocasión realicé vídeos mayoritariamente.
A continuación, os muestro algunas imágenes que tomé durante la visita (que fue en el año 2014). En esta ocasión realicé vídeos mayoritariamente.
Empezando desde lo más general del interior, esta es una
vista del Patio de Armas y el Patio de Caballerizas.
Y estas son algunas imágenes de varias salas
temáticas y rincones del castillo:
Pozo en el Patio de Caballerizas (el pozo también aparece marcado en el plano).
Partes de armaduras en la Armería.
Chimenea en la Cocina.
En cuanto a la comida, se puede destacar que, aunque en proporciones bien diferentes según los grupos sociales, pan, carne, vino y pescado, que no faltaba en el condado, constituían la base de la alimentación.
En cuanto a la comida, se puede destacar que, aunque en proporciones bien diferentes según los grupos sociales, pan, carne, vino y pescado, que no faltaba en el condado, constituían la base de la alimentación.
Pero Niebla, además, contó con la rica tradición culinaria
musulmana. En la cocina del Alcázar, los cocineros se esmeraban preparando
riquísimo alfajores y pestiños, albóndigas con comino, gachas de carne y
sémola, cuscús, empanadas de guisantes y merluza, pescado al cilantro verde o
berenjenas rellenas.
Y hasta aquí llega una breve visita por el Castillo de Niebla. El exterior, bañado por la luz de día.
Pero, en la parte subterránea, se encuentran las mazmorras. Sumidas en oscuridad y tinieblas. Una de las partes más destacadas de la visita al castillo.
Y hasta aquí llega una breve visita por el Castillo de Niebla. El exterior, bañado por la luz de día.
Pero, en la parte subterránea, se encuentran las mazmorras. Sumidas en oscuridad y tinieblas. Una de las partes más destacadas de la visita al castillo.
Las Mazmorras del Castillo de Niebla
⚠️ ¡OJO! Este contenido puede resultar impactante. ⚠️
Si tienes mucha sensibilidad hacia este tema, por favor, detente aquí y quédate en la visita exterior del castillo que hemos recorrido hasta ahora.
Y si finalmente decides continuar, entonces descenderemos hasta el pasaje más lúgubre del castillo:
Debido a Halloween, dedico un apartado único a las Mazmorras del Castillo de Niebla. Como ya hemos visto, este tétrico espacio consta de dos plantas subterráneas en cuyo interior se alojan numerosos instrumentos de tortura.
Y no solo resulta escalofriante dar un paseo por el lugar por dichos instrumentos (que no es poco)... La oscuridad y los efectos sonoros propios de las mazmorras (gritos de lamento, movimiento de cadenas...) recrean un ambiente de terror para que nos hagamos una idea de la sombría atmósfera que se respiraba entre aquellos muros.
Aquí os muestro otro breve vídeo para que podáis escuchar estos sonidos, mientras se ven algunos de estos instrumentos.
Desde el mismo instante en el que nos adentramos en las mazmorras, encontramos instrumentos de tortura junto a sus carteles explicativos. Y según vamos avanzando por los oscuros pasillos, se vuelven más retorcidos.
De los numerosos instrumentos, voy a citar algunos de ellos. Las imágenes en este caso, al ser un lugar tan oscuro, no están del todo nítidas, además de ser sacadas de vídeo. Pero... ¿acaso no le da eso un halo de misterio?
Vamos allá:
Picota de tonel.
Este instrumento me llamó la atención porque no lo conocía. Como se explicaba en su correspondiente cartel, se trataba de una especie de vergüenza que se infringía sobre todo a los borrachos. Los barriles eran de dos tipos: Cerrados en el fondo y la víctima se colocaba dentro con orines, estiércol o simplemente con agua podrida ("simplemente..."). O los abiertos para que las víctimas caminasen por las calles de la ciudad con ellos a cuestas. Esto provocaba mucho dolor debido al gran peso que tenían que acarrear.
La mordaza o el barbero de hierro.
Este artilugio sofocaba los gritos de los condenados para que no estorbaran la conversación de los verdugos. La "caja" de hierro del interior del aro era embutida en la boca de la víctima y el collar asegurado a la nuca. Un agujero permitía el paso del aire, pero el verdugo lo podía tapar con el dedo y provocar asfixia.
La rueda para despedazar.
La rueda para despedazar era el instrumento de ejecución más común en la Europa germánica, después de la orca, desde la baja edad Media hasta principios del siglo XVIII. La víctima desnuda, era estirada boca arriba en el suelo con los miembros extendidos al máximo y atados a estacas o anillas de hierro. Bajo las articulaciones, se colocaban atravesados trozos de madera. El verdugo, asestando violentos golpes con la rueda, machacaba entonces hueso tras hueso y articulación tras articulación, incluidos los hombros y caderas, procurando no asestar golpes fatales. Después se desataba a la víctima e introducía entre los radios de la gran rueda horizontal al extremo de un poste que posteriormente se alzaba. Luego, los cuervos arrancarían tiras de carne y vaciarían los ojos hasta que llegaba la muerte. Probablemente era la más larga y atroz agonía que se era capaz de infligir.
¿A que ahora no parece tan grave meterse en un barril lleno de heces y orines...?
La silla de interrogatorios.
Creo que aquí no hacen falta muchas explicaciones...
Otros instrumentos macabros que se podían encontrar, además de muchos más, eran el famoso potro y la conocida jaula colgante. Junto a la jaula, había un esqueleto real encontrado en la zona (tengo la imagen pero ha dado un poco de reparo ponerla).
Para "rematar", lo último que vemos, al llegar al fondo de la mazmorra, es la figura del verdugo, portando su correspondiente hacha.
Y esto es solo una pequeña muestra de lo que podemos encontrar en las mazmorras del Castillo de Niebla.
Iba a escribir un ¡Espero que os haya gustado! Como en otras publicaciones anteriores. Pero no sé si "gustar" es una palabra adecuada para este contenido sobre instrumentos de tortura... Dejémoslo en un... "¿Qué os ha parecido?" 😅
Sobre mi escritura...
Para finalizar, os comento algunas impresiones mientras estaba redactando esta entrada. Esta última parte de las mazmorras me recordó inevitablemente a un capítulo de mi novela de terror El rostro en el laúd, en el que uno de los personajes tiene una amarga estancia en uno de estos oscuros lugares. Este fue sin duda el capítulo más intenso y tenebroso que escribí y me transmitía una sensación de intranquilidad que me impactaba bastante. Al ser del género de terror y por cuestiones de la trama, esta temática encajaba con las circunstancias del argumento. Pero lo dicho, yo creo que ha sido el texto que he escrito que me ha causado más impacto.
¡El día 31 continúa el Especial Halloween!
Imagen principal: M.A. Álvarez.
Imágenes Niebla, Ciudad Turística, Exterior Castillo de Niebla y Plano: Turismo.
¡¡Hola M.A!! A mí también me fascinan los castillos (bueno, y los palacios, ya sé, más cursi, pero me gusta todo, no lo puedo evitar). No conozco este de Niebla, aunque sí había oído hablar de él y conocía su existencia, aunque lo de las mazmorras si que no tenía ni idea y es sobrecogedor, sin duda, y más con los efectos especiales, ¡¡casi nada!!
ResponderEliminarPor la zona donde vivo y varios kilómetros a la redonda, hay varios castillos, en ruinas casi todos, sobre todo los de los descendientes de la condesa de Alba (la mayoría de primos segundos y más allá, como el de Belmonte, que también era de los Alba (o es), aunque anteriormente era del Marqués de Villena, pues hasta casi, casi donde vivo, era todo del Marquesado de Villena. En Requena tenemos otro castillo (bueno, queda como una torre), pero ya bastante reparcheada, que fue moro por décadas y luego cristiano. Requena es bastante medieval y está llena por debajo de túneles. Estaba todo poco explotado, pero le han dado ahora un poquito más de vida. Y ya te digo, cerca están Los Huertos de Moya, también Moya, todos con ruinas, ruinas de castillos, pero que aún así he visitado. Y en puebluchos cercanos hay también castillos. En un pueblo donde daba clase también, nunca creí que había un castillos, años estuve y nunca vi ninguno ¡¡si el pueblo eran solamente dos calles y no se veía nada!! Alucinada me quedé, cuando una noche después de salir de clase me llevaron a ver el castillo "fantasma", ¡¡Estaba debajo, en un barranco!! ¿Quién construye un castillo debajo de un pueblo y no al revés? Yo siempre pensaba que el castillo era siempre lo más alto. Bueno, supongo que en la época, sería lo más alto, pero era la primera vez que tenía que bajar barrancos para visitar un castillo, parecía el castillo colgante en vez de las casas colgantes, y en al otro lado del barranco un increíble abismo por donde pasaba el río, pero que ni se lograba ver. Y bueno, muchísimos vestigios más, que por desgracia, no han sido conservados, qué pena. Besitos.
Los castillos son de los lugares que más me gusta visitar también. Es una suerte cuando se encuentra uno visitable. He visto también algunos que están en tal mal estado que no es ni seguro pasearse por los alrededores. Por cierto, ¡gracias por la información que me has dado! Qué curioso lo del castillo fantasma bajo el barranco, es verdad que siempre suelen estar en una loma. Voy a investigar sobre ese castillo que me ha dado mucha curiosidad.
EliminarUn abrazo :)
Me parecio un genial lugar. Te mando un beso
ResponderEliminar¡Gracias por pasarte! :)
EliminarQué entrada más completa la tuya. Y qué interesante se hace. Las imágenes recopiladas son certeras. Ilustran a la perfección el texto e implementan con precisión lo que para mí es un señor reportaje. Si bien el producto estrella es el Castillo, el plano de este da para hacer un alto y estudiarlo con detenimiento. Celebro la inserción de los vídeos; no por escalofriantes hay que dar la espalda a esa vergonzosa realidad. Por mucho que la historia sea cíclica, abortemos cualquier intento de resurrección de tan execrables prácticas. Sin duda, con sus luces y sus sombras, has puesto a la España multicultural (romana, visigoda, árabe…) en la palma de la mano. Basta leer en tu blog tan documentado testimonio, además de hacer una escapadita turística al enclave del Castillo de Niebla, y ahí están. Siglos y siglos de nuestra no tan lejana historia, el legado de nuestras raíces, la impronta imborrable de los primeros pobladores peninsulares. ¡Te felicito, M.A.! Hasta siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te haya gustado la entrada. Coincido en que es bueno conocer la historia para no cometer los mismos errores una y otra vez, por muy vergonzosa que sea.
EliminarUn abrazo :)