Relato: Más poder
Relato para la iniciativa: Cuéntame tu historia.
(Cuéntame tu historia XII).
Esta iniciativa consiste en escribir un relato a partir de un tema o personaje propuesto.
Para Cuéntame tu historia XII el reto consiste en escribir una historia cuyo personaje principal sea un malvado/a inventado. Las características son libres, lo que tiene que quedar claro es que el protagonista es malvado en algún punto de su historia.
Para esta propuesta he decidido continuar la historia de la entraga anterior: El aprendiz y la rana. Ahora el protagonista es un mago que descubre lo ocurrido con la rana y quiere sacar provecho de la situación para volverse más poderoso.
Aquí va el relato :)
Para esta propuesta he decidido continuar la historia de la entraga anterior: El aprendiz y la rana. Ahora el protagonista es un mago que descubre lo ocurrido con la rana y quiere sacar provecho de la situación para volverse más poderoso.
Aquí va el relato :)
Más poder
Cuando mi herido (que no querido) aprendiz me relató
lo sucedido con la rana, no daba crédito porque enseguida supe que era mi gran
oportunidad. Hace muchas décadas el cristal me otorgó un poder que el resto de
magos subestimaron: “la piel pétrea”. Prácticamente todos los conjuros
superaban a los míos: el control de los elementos, la invocación de seres
inauditos, la levitación, telequinesis… No obstante, mi suerte cambiaría: si
lograba hacerme con la rana mágica de mi torpe aprendiz, mi poder se vería
incrementado. Se dice que si un mago es tocado dos veces por la luz del cristal
su poder se vuelve superior al de cualquier otro mago o ser de este mundo, pero
nadie supo jamás cómo conseguirlo. El cristal se apaga ante los que ya han
recibido su don. Sin embargo, la historia del aprendiz me dio una gran idea: obteniendo
el poder de la rana, y no del cristal, conseguiría ser el hechicero más
poderoso.
Tras mucho cavilar recordé que existía un mago más
joven que yo cuya habilidad tildaron de patética, Torfi. Desde que la adquirió
todos tendieron a apartarle y los que hablaban alguna vez con él era para
proferirle alguna burla. Reconozco que incluso yo, ya que siempre tuvo un
carácter un tanto peculiar (ni siquiera ningún aprendiz quiso tomarle como
maestro). Mas ahora necesitaba de su ayuda, pues su habilidad era la de
comunicarse con todos los seres del reino animal y estaba seguro que podríamos
seguirle la pista a la rana.
Acudí a buscarle. Lo encontré junto a un antiguo árbol
en el bosque, donde decían que se pasaba el tiempo mirando a la nada y haciendo
ruidos extraños. En esos momentos estaba emitiendo uno de ellos y un ciervo le
devolvía el sonido, como si fuera una conversación.
Le saludé. El ciervo se marchó y Torfi se me quedó
mirando. No respondía. Algunos incluso decían que había olvidado el lenguaje
humano. Se acercó y se quedó observando mi barba. Yo tosí. Aproximó sus dedos y
tomó algo de entre los pelos de la misma.
—¿Qué demonios es eso? —pregunté cuando vi que se
acercaba sus dedos a los ojos y miraba algún tipo de insecto diminuto
fijamente.
—Usted dirá. Dice que lleva bastante tiempo viviendo
ahí. Lo siento —respondió y pretendió volver a dejarlo donde estaba, pero me
aparté.
—Escucha, Torfi. He venido porque necesito pedirte un
favor.
—Por eso nunca me dejo barba.
—¿Cómo dices?
—Los magos se empeñan en que los aprendices limpien
sus sombreros, pero en lo que se refiere a las barbas…
—¡¿Qué?!
—Lleva usted un gorro muy reluciente.
—¡Basta ya de sandeces! Te he dicho que necesito
pedirte un favor. Es muy importante. Es preciso que me ayudes y te aseguro que
si lo haces, recibirás una recompensa.
—¿Qué recompensa? —preguntó. Por fin logré captar su
atención.
Aproveché para relatarle brevemente la historia de mi
aprendiz. Le aseguré que si me ayudaba a convertirme en el mago más poderoso
podría concederle lo que quisiera.
Tras pensarlo durante unos instantes, decidió aceptar
y enseguida nos pusimos en marcha hacia el valle. Los cíclopes estaban alerta.
No querían más intrusos. Por suerte no tuvimos que adentrarnos demasiado. Torfi
le preguntó por el paradero de la rana a un pajarillo que se posó en su dedo.
Emitía el sonido del ave y ésta le contestaba. No pude evitar pensar que verle
en esa situación resultaba un tanto ridículo y la verdad es que cada momento
que pasaba con Torfi, comenzaba a apreciar más mi habilidad. El pájaro
emprendió el vuelo. Recorrió el valle y un buen rato después regresó y volvió a
“hablar” con Torfi.
Él me transmitió que el pájaro le contó que la rana
había vuelto a su hogar en una cascada cercana. Nos dirigimos hacia allí
enseguida y estuvimos buscando por los alrededores. Torfi hablaba con cada ser
que encontraba en su camino de búsqueda, hasta que finalmente lo logró. ¡Logró
encontrar a la rana mágica! Comenzó a croar hacia ella y la rana se le acercó.
Sus brincos eran los más altos que había visto jamás.
Torfi tomó la rana entre sus manos, pero no como si la
atrapara, la propia rana dejó que la sostuviera.
—¡Bien hecho, Torfi! —exclamé. Estaba muy cerca de
convertirme en el mago más poderoso.
—Ya he pensado en mi recompensa —respondió muy
convencido de sus palabras.
—Muy bien. Ahora dame la rana y tendrás lo que quieras
—le aseguré y extendí mis manos para que me diera el animal.
Torfi croó hacia la rana mientras le sonreía. ¿Quizás
estaba diciéndole algo tranquilizador? Esperé unos instantes, pero el mago no
me la entragaba.
—¿Torfi?
Entonces hizo algo que nunca imaginé. Agarró
repentinamente a la rana con fuerza entre sus manos y de repente comenzó a
devorarla en lo que resultaba ser una escena espantosa. Mordisco tras mordico
arrancaba su carne mientras la rana agonizaba. Las entrañas del anfibio salpicaron
su rostro. Intenté detenerle, pero sentí que el poder que habitaba en la rana
se estaba transfiriendo a él.
Repentinamente, sus ojos se clavaron en mí. Arrojó lo
que quedaba de la pobre rana y pronunció con rabia las siguientes palabras:
—¡Pagaréis! ¡Todos pagaréis por lo que me habéis
hecho!
Los seres de los alrededores comenzaban a acercarse a
él. Anfibios, aves, reptiles… y a medida que su rostro se enfurecía, ellos
comenzaban a transformarse en enormes bestias terroríficas.
Si sobreviví, fue gracias a mi habilidad.
FIN
:9 Me ha gustado mucho¡
ResponderEliminarGran entrada.
Un abrazoooo
uy genial, adoro como escribes.
ResponderEliminar¡Gracias por pasaros a leer! :)
ResponderEliminarWow que imaginacion tienes para escribir cosas como estas,,, que guay,, me encanto. :)
ResponderEliminar¡Gracias! Me alegro mucho :)
Eliminar*____________*
ResponderEliminarFlipando me he quedado con la continuación de la rana mágica. Decir que me ha encantado es quedarme corta xDD ¡WOW! ♥♥♥
El final es genial pero quiero más xDDDD
¡Hola! Pues se me habían quedado un par de ideas más en el tintero y quizás me anime para continuarlo en otra entrega de Cuéntame tu historia para retomar al aprendiz y ver cómo reacciona después de que se entere de lo que hace su maestro :P
ResponderEliminar¡Hola, M.A!
ResponderEliminarMe ha encantado el giro que ha tomado la historia cuando Torfi cambia de idea repentinamente, aunque seguro que ya lo tenía planeado de antes. Muy buena historia de magos y final abierto fantástico ;)
Bss!
¡Gracias! Me alegra que te haya gustado :)
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